jueves, 12 de marzo de 2020

Nuevo libro

Inferno de August Strindberg

Infierno es considerada como una obra autobiográfica aunque con el trato literario de novela. Es un doliente testimonio de los sufrimientos de August Strindberg que padeció después de su divorcio (1894) de su segunda esposa. En su paranoia sentía la presencia de enemigos, que pretendían, encerrarlo en un manicomio o matarlo. Más adelante sus delirios serán por fuerzas sobrenaturales para los que no encuentra alivio, luego la religión será su forma de expiar a esos espíritus que lo persiguen, sin embargo, es entonces la religión misma la que lo atormenta. En esta obra el autor describe su propia locura; aunque es difícil precisar hasta qué punto seguía loco al escribir la obra. 
 
 

Fragmento Inferno I-Tribulaciones

"He hecho penitencia, me he encomendado, y tan pronto como comienzo a poner medias suelas a mi alma, es preciso arreglar la puntera: poned talones nuevos y entonces se romperá la lengüeta del empeine. Es el cuento de nunca acabar.

Dejo de beber, y vuelvo sobrio a casa hacia las nueve de la noche para tomarme leche. El cuarto está lleno de demonios que me sacan de la cama y me ahogan bajo la colcha. Si vuelvo borracho hacia medianoche, me duermo como un ángel y me despierto fuerte como un pequeño dios, dispuesto a trabajar como un galeote.

Evito a las mujeres, y los sueños malsanos acosan mis noches.

Me acostumbro a no pensar nada más que bien de mis amigos, les confío mis secretos y les entrego mi dinero: al punto soy traicionado. Si me rebelo contra una perfidia, el castigado soy siempre yo.

Trato de amar a los hombres en general: me vuelvo ciego para sus culpas, y con una magnanimidad sin límites, paso por alto las infamias, las calumnias; y una buena mañana me encuentro convertido en cómplice. Si me aparto de algún círculo social que considero malsano, al punto soy atacado por los demonios de la soledad, y buscando unos amigos mejores, los encuentro peores.

Incluso, después de haber vencido las bajas pasiones y haber llegado gracias a la abstinencia a una cierta tranquilidad de corazón, siento una satisfacción de mí mismo que me hace sentir por encima del prójimo, y he aquí el pecado mortal, el amor a sí mismo, que se ve inmediatamente castigado.
¿Cómo explicar el hecho de que todo avance en el camino de la virtud se vea seguido de un nuevo vicio?".

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